Salimos de casa por la mañana de un día de Enero para irnos de vacaciones a una hermosa playa junto con mi hermana Kiara y mis dueños Cristina y Guillermo.
Cuando llegamos fuimos corriendo con Kiara hasta el mar y nos mojamos, pero de pronto una ola enorme se acercó asustándonos mucho.
Luego de un rato aprendimos a jugar con ellas, yo me escapaba cuando rompían en la orilla, mientras que Kiara, quien no les tenía miedo, disfrutaba mucho zambulléndose con muchas ganas.